miércoles, abril 05, 2006

¡Esta tienda es un chollo!

Incluyo un excelente artículo de Emanuelle Giusto publicado en XLSemanal.

Se acabó la época de rebajas, pero ¿por qué resignarse a no comprar barato? El fenómeno se llama ‘outlet’ y esconde centros donde van a parar los excedentes de grandes firmas. Si quiere saber dónde encontrarlos, lea este reportaje.

Una mesa de madera maciza por 100 euros? ¿Unos vaqueros al precio de un cubata? ¿Una vajilla japonesa, de última tendencia, por 20 euros? En los últimos años, la lógica del low cost (bajo precio) que triunfa en las compañías aéreas también ha llegado al shopping. Su nombre: tiendas outlet, un fenómeno que ya se ha hecho popular en toda Europa. Vistos desde fuera podrían parecer establecimientos corrientes, pero, en realidad, estos lugares esconden una lógica comercial profundamente diferente. En este tipo de tiendas se pueden encontrar, durante todo el año, productos de marcas reconocidas con precios que van desde un 30 hasta un 80 por ciento menos que su tarifa normal.

¿Su secreto? En primer lugar, lo que ofrecen los outlets no son rebajas, sino que en la mayoría de los casos se trata de una venta directa entre productor y consumidor de stock que se ha quedado sin vender de temporadas anteriores o de artículos con pequeñas taras (que, en todo caso, no suelen invalidar su uso).En definitiva, representan el lugar donde confluyen los productos de segunda calidad de una marca para ser vendidos a un precio más bajo. Un buen negocio, a juzgar por las otras opciones con las que cuentan muchas empresas para deshacerse de la mercancía no vendida: unas veces va a parar a mercadillos y otras acaba, literalmente, destruida. Y es que ciertas empresas de alta gama optan por quemar los productos que no han logrado vender tras las rebajas. El fin: mantener el prestigio de la propia marca.

El fenómeno outlet, que en inglés quiere decir `punto de venta´, surgió en Estados Unidos en los años 60 por medio de pequeñas tiendas dentro de las mismas fábricas donde se daba salida a los excedentes de temporadas pasadas o los productos con tara. Tiempo después, en los años 80, aquellos pequeños establecimientos dieron lugar a los primeros Outlet Mall, centros comerciales convertidos en puntos de venta gigantes. El más mítico de todos los conocidos es el Woodbury de Nueva York (www.premiumoutlets.com), un inmenso centro de 80.000 metros cuadrados que imita una aldea colonial americana, que nació hace 20 años y que hoy es un coloso donde no falta de nada.

Sin embargo, el boom tardó tres décadas en llegar a España, sólo a mediados de los 90 empezó a penetrar en nuestro mercado. En Europa se cuentan, actualmente, unos 120 grandes centros comerciales de este tipo, llamados Factory o Village, y la mayoría concentrados en el Reino Unido, Francia e Italia. En 1998, Japón también se dejó atrapar por este fenómeno. Ese año nació el Takashimaya Department store (su indescifrable página web es: www.takashimaya.co.jp), el outlet de lujo más grande del mundo.

Aunque al principio estos lugares se limitaban al ramo de la indumentaria, hoy en día allí se vende todo tipo de productos, siempre de `segunda calidad´, pero de grandes marcas. En España, estos centros cubren el cinco por ciento del mercado, según los datos de la Confederación Española de Comercio, y cuentan con unos 15 centros, situados normalmente en la periferia de las principales ciudades. El mayor es el Village La Roca de Barcelona (www.larocavillage.com), que alberga 110 tiendas en 20.000 metros cuadrados en una fórmula curiosa. Al entrar al recinto, éste se presenta como la exacta reproducción de un pequeño pueblo catalán modernista del siglo XIX, con placitas, calles, fuentes y tiendas. Lo sigue el Factory de Sevilla (www.sevillafactory.com) y el de Las Rozas en Madrid (www.lasrozasvillage.com). El próximo, que se convertirá en el más grande de España, un Factory en San Sebastián de los Reyes, Madrid, que contará con 120 tiendas outlet y unos 24.000 metros cuadrados. (Más información sobre éste y otros ya abiertos en www.factory.es).

La filosofía de estos centros es cien por cien americana. Se trata de grandes superficies a las que acudir en familia a pasar el día. Para ello no faltan los restaurantes e incluso los parques infantiles o las guarderías caninas rodeadas de tiendas. Libros, discos, artículos de hogar, tecnología, joyería, belleza, ropa, artículos de viaje y complementos a bajo precio. Entre las categorías más originales, el outlet de chocolate Chocolat Factory, la joyería Folli Follie o el de velas Price´s, que es el proveedor de la casa Real Británica desde 1830.

Pero este fenónemo no sólo se encuentra en la periferia de las grandes ciudades, ahora esta tendencia comienza a extenderse a los centros urbanos, adoptando otras modalidades. Se trata de pequeños establecimientos e incluso de outlets medio privados cuyo único marketing es el boca a boca. Para localizarlos entre en www.outletsforyou.com. Dando un click en una conocida marca de material fotográfico para saber dónde encontrar una cámara de stock, la web indica inmediatamente la dirección del centro Campera Outlet de Lisboa. Para comprar una videocámara me aconseja la tienda Un Lugar Diferente de Madrid. En el enlace www.primeoutlets.com se pueden encontrar millares de tiendas outlet de EE.UU. Por ejemplo, mi búsqueda de objetos de diseño para la cocina me ha llevado a Grove City, Pennsylvania, en un centro llamado Coach.

¿Cómo reconocer estas tiendas? Su letrero ha de anunciar claramente que se trata de un outlet. «Deben informar sin lugar a engaños de su fórmula de venta» explica José Carlos Cutiña, asesor jurídico de la Unión de Consumidores. Si hablamos de tiendas de decoración, los muebles suelen estar clasificados según su tipo: una sala para mesas, otra para armarios, etc. En las tiendas de ropa, normalmente los productos están organizados por tallas, y en las bolsas donde te llevas la mercancía no hay ni rastro del logo de la firma en cuestión.

En cuanto a los precios: «Cada artículo tiene que señalar con claridad el original y el final de venta –indica Cutiña–. Además, en los periodos de rebajas de julio-agosto y enero-febrero, las tarifas de estos productos pueden llegar a ser hasta un 80 por ciento menor del de venta habitual fruto de una `rebaja de la rebaja´». También pueden devolverse «si presentan graves fallos, en un plazo variable según la tienda (normalmente de diez días). Por eso es necesario guardar el recibo de compra», añade Cutiña, quien concluye: «Hay, en todos los casos, hojas de reclamación si el trato recibido no es satisfactorio».

Por último, existen algunas reglas no escritas que el cliente del outlet debe saber. Se requiere paciencia. A veces hay que rebuscar mucho para encontrar algo que merezca la pena. Imaginación para abstraerse y decidir que ese mueble lleno de polvo y apilado con otros tantos puede quedar divino en el hall. Y, sobre todo, minuciosidad. Conviene examinar los objetos detenidamente para comprobar que no tiene grandes desperfectos. Claro que a veces la criba ya está hecha. En una tienda de calzado del Factory de Getafe en Madrid, un cartel advierte: «Los zapatos están a bajo precio porque no han pasado los controles de calidad por tener fallos imperceptibles. Estamos obsesionados con la calidad, pero esto es un problema nuestro, no vuestro».

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