lunes, octubre 02, 2006

Liquidacion zapateria Tierra Gallega

Artículo original en ElIdealGallego.

El fin de una saga casi centenaria


La zapatillería Tierra Gallega vive sus últimos días en medio del ajetreo de la liquidación. El próximo día 15 de noviembre cerrará sus puertas, poniendo fin a una historia que comenzó en 1908, y que inauguró el abuelo de los actuales dueños, cuando adquirió el bajo donde antes se asentaba la redacción del diario cuyo nombre conservó.


El local se ve abarrotado de clientes durante estos días de liquidación


Faltaban sólo dos años para que la zapatería Tierra Gallega cumpliera cien años. Sin embargo, este establecimiento emblemático, situado en San Andrés, que abrió por primera vez en 1908, cerrará sus puertas el día 15. Lo han decidido así los hermanos Villar, que heredaron el negocio de su padre, José Villar, que lo heredó de su abuelo, del mismo nombre, que lo fundó. Es el fin de un ciclo ­reconoce Carlos, uno de los hermanos Villar­ cada vez que pase por San Andrés, me va a faltar algo, porque era como mi casa .

Una tristeza que comparte no sólo las empleadas del comercio, sino gran parte del público. Ha venido gente de sesenta años que recuerda haberse comprado sus zapatillas aquí desde niños, y lo sentían mucho , explicó Villar. El mismo local está empapado de historia, ya que heredó el nombre de un diario que tenía allí su redacción. Mi abuelo trató de cambiarle el nombre, pero la gente seguía llamándole Tierra Gallega, así que se dio por vencido , rememora. Tres generaciones dan para muchas anécdotas. Allí fue donde nació mi padre, cuando teníamos también la vivienda en el bajo .

Por enfermedad >El cierre y la liquidación es un mal trago que apurar. Sin embargo, no cabía otra solución. De los hermanos Villar es era Tito quien se encargaba de la dirección del establecimiento y, debido a una grave dolencia que le ha afectado seriamente la movilidad, ha tenido que retirarse. Nos reunimos los cinco hermanos y decidimos que venderlo era lo mejor para evitar problemas , aclaró Villar.

No sólo para la familia propietaria resulta el final de un ciclo. También para sus empleados resultará difícil hacerse a la idea de que Tierra Gallega no existe. Especialmente para Mari Rodríguez, que lleva trabajando en la zapatería desde los quince años. Tenía la esperanza de quedarme aquí hasta que el señor Villar se jubilara. Ahora no podrá ser. Me siento algo frustrada y también muy triste , explicó Rodríguez.

Lo curioso es que los últimos días de la tienda se contarán también entre los más agitados: desde que el viernes pasado se colgara el cartel de liquidación , la afluencia de compradores ha sido tremenda. El mismo Carlos Villar se mostró asombrado. Habíamos pensado que un mes sería lo mínimo para vender el género, porque hay mucho, e incluso pensamos en poner una cuña en la radio, pero no hizo falta , asegura.

Por sí sola, ( el boca a boca , apunta Villar) la gente acude todos los días a comprar las famosas alpargatas y zapatillas que compraban sus padres y abuelos cada año, como si fuera un rito. Es quizá una forma de rendir un tributo a un pedazo de la historia de A Coruña que se va para no volver. Cada par de zapatillas pasa a ser como una reliquia: a todos le gustaba sentir la tierra gallega bajo sus pies.

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